País de estudio: República Checa
Área de estudio: Aumentar la productividad y reducir el estrés
Tipo de dificultad de aprendizaje que apoya la mejor práctica
- Dificultades de lectura y escritura
- Dificultades de aprendizaje generales o específicas
Objetivos y metas de las mejores prácticas
El mapa mental es un método único para que los estudiantes con dificultades memoricen vocabulario y gramática. También es una excelente herramienta para que los alumnos organicen mejor sus pensamientos y textos escritos.
Las personas con dificultades de aprendizaje suelen tener problemas para recordar palabras y textos, por lo que se necesitan métodos con menos texto. A través de los mapas mentales, los alumnos aprenden a crear asociaciones entre ideas conectándolas como ramas de un árbol. Al crear sus propios mapas, los estudiantes tienen la libertad de seguir el camino que su mente les indique, aprendiendo de manera más efectiva.
Además, los mapas mentales pueden ayudar a organizar las instrucciones gramaticales, facilitando la comprensión de las reglas. Los alumnos pueden usar colores y formas a su gusto, lo que les permite asociar ideas con lo que tienen en mente. Como resultado, son capaces de comprender, aprender y retener información de manera más eficiente.
Por último, los estudiantes con dificultades suelen ser malos organizadores. Aprender a organizar un mapa mental les facilita organizar su lenguaje escrito. Esta habilidad es potencialmente transferible a su vida en general, ya que pueden aprender a organizar sus mochilas, escritorios, tareas, etc.
Breve descripción de la buena práctica
El mapeo mental puede enseñarse fácilmente desde las primeras etapas del proceso de aprendizaje. Esto significa que alumnos de tan solo 6 o 7 años pueden beneficiarse potencialmente de él. Incluso se podría afirmar que cuanto antes se grabe este método en su cerebro, más fácil será desarrollarlo y mejorar su uso con el tiempo.
Para un mapa mental, primero establecemos una idea central, alrededor de la cual girará nuestro mapa, y la asociamos con una imagen. Luego, hacemos una lluvia de ideas asociadas y las anotamos en color. Cada uno puede usar los colores que le gusten y conectar las ideas como considere más fácil para su comprensión. Estas son las ramas. Cada alumno es libre de usar las formas que desee para colocar sus ideas y es aconsejable que las líneas que las conectan a la idea principal estén curvadas para que sea visualmente más atractivo. Luego, en lugar de usar oraciones completas que pueden parecer cansadoras, usamos palabras clave individuales. Al hacerlo, recordamos cuál es el punto clave de cada rama. Finalmente, agregamos o incluso reemplazamos palabras con imágenes, emojis o cliparts. Las imágenes gráficas pueden captar la atención y convertir un trozo de información monótono en algo memorable, más fácil de aprender y utilizar cuando sea necesario.
3 Principios Clave de Aprendizaje Utilizados en esta Buena Práctica para Apoyar a Estudiantes con Dificultades de Aprendizaje (DA)
- Este método aborda uno de los mayores desafíos que enfrentan los estudiantes con dificultades al aprender un nuevo idioma: la adquisición de nuevo vocabulario y gramática. Más específicamente, a los estudiantes disléxicos les resulta particularmente difícil retener y, por lo tanto, utilizar grandes cantidades de palabras y textos. Los mapas mentales están aquí para salvar el día. La información se aprende a través de palabras clave. Los estudiantes ya no tienen que memorizar párrafos o páginas interminables de vocabulario. Las palabras clave codificadas por colores asociadas a la idea principal, creadas por cada estudiante de acuerdo con el funcionamiento de su cerebro, son una forma brillante de ayudar a aquellos que necesitan simplificación.
- Además, el mapeo mental es un método multidimensional que incorpora una multitud de sentidos, permitiendo que todos los estudiantes participen en el proceso de aprendizaje. Dado que las ramas están codificadas por colores y las ideas representadas en imágenes, es útil para los alumnos visuales retener información al traer a la memoria las imágenes que ellos mismos han elegido para representar una idea. Los colores y las imágenes ayudan al cerebro a hacer asociaciones y crear conexiones. El sonido también se puede integrar en las ramas, lo que a su vez significa que también es útil para los alumnos auditivos. Por último, dado que los mapas mentales se pueden crear a mano, los alumnos kinestésicos tienen la capacidad de utilizar el material que les gusta con las texturas que disfrutan. En conclusión, todos los diferentes tipos de estudiantes pueden beneficiarse de este método.
- Por supuesto, no debemos olvidar que el mapeo mental es un proceso que genera pensamiento creativo e impulsa a los alumnos a divertirse mientras adquieren nuevos conocimientos. Todos los estudiantes están involucrados, independientemente de su capacidad, y no solo aprenden, sino que también participan creativamente en el proceso.
- Finalmente, debemos tener en cuenta que el pensamiento, y por extensión, el aprendizaje, no son procesos lineales. El cerebro de cada individuo sigue su propio camino de pensamiento. Todos tienen su propia forma única de pensar. Al permitir que los alumnos estén a cargo de sus propios mapas mentales, automáticamente les damos a ellos y a su cerebro la libertad de vagar libremente y actuar de acuerdo con la forma en que su cerebro salta de una idea a otra. Gardner (1993) dijo que «no importa cuán inteligente seas, sino cómo eres inteligente», y cada alumno puede ejercitar esto a su manera única.
Estrategias utilizadas como parte de las buenas prácticas
- Adaptación de la enseñanza a los distintos estilos de aprendizaje.
- Estrategias para modificar o crear materiales didácticos que se adapten a las distintas capacidades.
Resultados e impacto
Como se mencionó anteriormente, el mapeo mental tiene dos principales áreas de enfoque en alumnos con dificultades de aprendizaje:
- Memorizar vocabulario y gramática: Con el objetivo final de retener la información y usarla cuando sea necesario.
- Organizar los pensamientos de los alumnos: Lo que a largo plazo les ayudará en el uso general del lenguaje (incluso su lengua materna) y en su vida.
Cuando aprendemos algo, necesitamos activar nuestra memoria para almacenar la información y poder retenerla y usarla más tarde. El mapeo mental mejora y potencia el proceso de memorización y la adquisición del lenguaje a través de imágenes. Es altamente valorado por la pedagogía cognitiva porque estimula la memoria creando fuertes asociaciones.
En cuanto a la organización, un mapa mental puede ayudar en el proceso caótico que posee un joven aprendiz con dificultades. Al enseñar a los alumnos la estructura básica de la escritura, después de una práctica seria, tendrán el poder de recrear las instrucciones de sus maestros y llevarlo más lejos agregando sus propias ideas, comenzando así a tener pensamientos organizados y consistentes. Esto, por supuesto, también se puede aplicar en su lengua materna.
Además, podemos profundizar en sus resultados y ver que tiene otras cosas que ofrecer. Por ejemplo, los maestros pueden crear planes de aprendizaje individuales simplemente mirando los mapas mentales de los alumnos. Pueden obtener una valiosa visión de cómo funciona el cerebro de cada niño y usarla en su beneficio. Además, los maestros pueden dividir la clase en grupos y hacer que los estudiantes creen mapas como parte de varios proyectos. Una vez que se les haya mostrado cómo funcionan los mapas mentales, será una tarea fácil de hacer e intentarán colaborar para unir todas sus ideas en beneficio del proyecto.
Razones por las que se considera una buena práctica
Como se mencionó anteriormente, el mapeo mental ha sido investigado en diversos entornos y niveles académicos, y en la mayoría de los casos, ha quedado claro que funciona. Sin embargo, dado que hay una falta de estudios específicos para estudiantes de lenguas extranjeras con dificultades de aprendizaje entre las edades de 6 y 12 años, podríamos concluir su practicidad basándonos en suposiciones lógicas.
En primer lugar, los mapas mentales mejoran el pensamiento creativo. Los estudiantes aprenden a pensar por sí mismos para organizar la información de manera estructurada y lógica, y una vez que esto se ha logrado, pueden comprender mejor la conexión entre diferentes ideas y, por lo tanto, ejercitar su pensamiento crítico para distinguir lo correcto de lo incorrecto. Además, no todos los estudiantes comprenden y retienen la información de la misma manera. Al aprovechar al máximo el cerebro de cada uno, podemos asegurarnos de que se alcanzará el objetivo, ya que el mapa imita la forma en que el cerebro aprende. Los alumnos visualizan la jerarquía de la información y, al mantenerla clara y simple, pueden retenerla. Es muy útil que los alumnos no se vean obligados a aprender de manera idéntica con todos los demás, sino más bien a su manera.
En segundo lugar, los mapas mentales fomentan el aprendizaje activo. En lugar de simplemente observar pasivamente al profesor dando una conferencia, el estudiante puede participar en el proceso de aprendizaje analizando y organizando activamente la información. Esto, por supuesto, significa que el mapeo mental crea la base perfecta para el aprendizaje a lo largo de la vida, ya que permite a los estudiantes clasificar y organizar la información sin ninguna ayuda, de acuerdo con cómo ellos mismos pueden aprender de manera más efectiva y eficiente. Y esta es sin duda una habilidad invaluable cuando se trata de aprender a lo largo de la vida.
Por último, cabe mencionar que el mapeo mental es una gran herramienta para la preparación de exámenes. Al repasar sus mapas mentales ya hechos, los estudiantes pueden examinar el material mucho más rápido de lo que lo habrían hecho si hubieran estudiado de un libro de texto y también revisarlo de una manera comprensible para ellos. Al hacerlo, no tienen que perder su valioso tiempo estudiando interminables páginas a la vez, algo que puede considerarse bastante desalentador para un alumno con dificultades.
Transferibilidad
El mapeo mental puede enseñarse fácilmente a cualquier estudiante de cualquier edad y habilidad. Básicamente, enseña a los alumnos a usar su propio cerebro y ser creativos. Se puede enseñar en cualquier idioma objetivo y en cualquier nivel. Los alumnos jóvenes pueden comenzar a usar mapas mentales en su forma básica desde el primer grado.
Los alumnos pueden comenzar a aprender a construir sus mapas a mano al principio, escritos en papel, y luego pasar a las tecnologías de asistencia modernas a través de computadoras y muchas más. En realidad, debido al rápido desarrollo de la tecnología, ahora más que nunca, los alumnos pueden ser asistidos por dispositivos simples que se pueden encontrar en el hogar (tabletas, teléfonos móviles). El software y las aplicaciones informáticas se han vuelto tan avanzados que puedes encontrar uno que se adapte a tus propias necesidades y haga el trabajo que deseas.
Algo que vale la pena mencionar es cómo los mapas mentales pueden avanzar en su estructura de acuerdo con el nivel y el uso. Como se mencionó anteriormente, los mapas mentales pueden comenzar a enseñarse incluso desde el primer grado. Esto significa que para cuando los alumnos lleguen al sexto grado, después de años de práctica, el método puede estar tan avanzado que ya no necesitan instrucciones sobre nuevo vocabulario, gramática, escritura o revisión. Por lo tanto, se convierte en una herramienta invaluable para su viaje de aprendizaje de por vida.
Recursos utilizados como parte de las Buenas Prácticas
Los mapas mentales se pueden crear a mano o con tecnologías de asistencia. Lo mejor de esto es que cada estudiante puede elegir cuál prefiere y con qué método se siente más cómodo y aprende de manera más efectiva.
Los alumnos kinestésicos probablemente optarán por la opción tangible. Dado que aprenden moviéndose y tocando, estos estudiantes son libres de moverse usando los materiales que ellos mismos elijan. Las texturas son importantes cuando tratamos con dichos estudiantes, por lo que debemos poder proporcionarles cartulinas, marcadores de colores, tijeras, revistas, pegatinas y prácticamente cualquier cosa que pueda utilizarse en un collage, fácilmente disponible en ayuda del estudiante.
Por otro lado, los estudiantes visuales y auditivos podrían optar por crear sus mapas con tecnologías de asistencia, ya que esto les ayuda más con las formas específicas en que pueden aprender. La tecnología ha dado grandes pasos en la última década y con los resultados positivos que se nos han presentado de la investigación del mapeo mental, ahora tenemos una serie de productos de software para nuestras computadoras, así como aplicaciones para nuestros teléfonos y tabletas.
Aspectos clave
Antes de implementar el mapeo mental en un aula, debemos asegurarnos de que los educadores que enseñan el método estén capacitados adecuadamente. Puede parecer una tarea fácil, pero con una instrucción incorrecta puede conducir a resultados no deseados, agregando frustración a los alumnos con dificultades al aprender un idioma extranjero. En consecuencia, es aconsejable que los maestros primero asistan a un seminario sobre cómo crear y también enseñar el mapeo mental.
Además, los alumnos deben aprender a usar y crear mapas mentales de acuerdo con su edad y habilidades. Si presentamos un mapa mental completo utilizado por un joven de 15 años, por ejemplo, a un niño de 7 años, lo único que lograremos es crear confusión y ansiedad. Debemos ser muy explícitos con la forma en que instruimos a los alumnos más jóvenes a construir mapas mentales para motivarlos y no crear sentimientos negativos, ya que eso los alejará aún más en lugar de atraerlos.
Por último, es imperativo que los mapas mentales se ejerciten ampliamente para poder ser utilizados de manera óptima. Esto es válido tanto para estudiantes como para profesores. Al igual que cualquier otra habilidad, el mapeo mental debe practicarse constantemente para perfeccionarse y dar resultados.
Cualquier otra enseñanza que podamos extraer de este ejemplo de buenas prácticas
Una de las conclusiones que podemos extraer del éxito de los mapas mentales es la necesidad de reducir el texto en la enseñanza de la gramática y la impartición de instrucciones.
Los alumnos con dificultades de aprendizaje se pierden cuando se les presentan nuevos fenómenos gramaticales. Se centran más en tratar de leer la información que en procesarla y comprenderla. La mayoría de las editoriales parecen olvidar que un aula está compuesta por estudiantes de diferentes habilidades, y siguen imprimiendo libros de texto llenos de información escrita en textos tediosos. Esto no solo es un impedimento para los alumnos con dificultades, sino para todos los estudiantes en general, ya que la mayoría encuentra extremadamente tediosa la enseñanza de la gramática. Por lo tanto, solo podemos imaginar cómo se sienten cuando esto se hace a través de textos aburridos.
Por lo tanto, es lógico que la enseñanza de la gramática se realice a través de medios más prácticos o al menos con un texto minimizado si queremos que los alumnos puedan participar y comprender nueva información.